Promover y fortalecer la lactancia materna apoyando a las madres que quieran amamantar.
Asegurar la alimentación con leche materna de todos los bebés prematuros o recién nacidos que por prescripción médica la necesiten, y que por causas de fuerza mayor no puedan ser amamantados por su propia madre.
La leche materna contribuye al desarrollo de todos los bebés prematuros, también los recién nacidos de bajo peso que presenten riesgo de patología digestiva o intestinal, déficit inmunitario o una salud precaria. También se utiliza después de cirugías del aparato digestivo, ya que este tipo de leche resulta de más fácil digestión y facilita la recuperación intestinal. Su consumo disminuye las infecciones generalizadas graves.